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El Riesgo de la Irresponsabilidad Social

La relación causa – efecto existente entre Responsabilidad Social y Desarrollo Sostenible, equivale a decir que todo aquello que sembramos, eso cosechamos. Prácticas irresponsables en la cadena de valor de los negocios que vulneren los derechos de trabajadores, proveedores, la comunidad o de los accionistas, se traducen en riesgo inminente de sostenibilidad.

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La irresponsabilidad social, tiene un efecto devastador el cual es ineludible e inmediato:
El deterioro de la reputación

El riesgo de no contar con “Licencia Social” para operar, entendida como la desaprobación continua de una comunidad local u otros grupos de interés para que una organización se establezca o efectué negocios en un territorio determinado, es ocasionada principalmente por el desinterés, indiferencia o irresponsabilidad frente a los impactos sociales o ambientales que genera o está en potencia de generar tal organización.
De otra parte, son cada vez más frecuentes los escándalos en grandes organizaciones, generados principalmente por la ausencia de ética en los negocios, donde sus directivos caen en la trampa de falsos paradigmas como “El que no transa no avanza”, “Nuestra misión es: Hacer dinero y nuestra visión: Ya”, que llevan a prácticas irresponsables como la doble contabilidad, el maquillaje a los estados financieros, las estructuras blindadas
de poder diseñadas deliberadamente para “fabricar engaños” a inversionistas, trabajadores, proveedores y a la sociedad en
general.

La irresponsabilidad social descrita, tiene un efecto devastador el cual es ineludible e inmediato: El deterioro de la reputación, algo así como una “factura social de altísimo costo”, con consecuencias directas en la sostenibilidad de las organizaciones y el prestigio de sus directivos.

Lo expuesto, nos plantea 2 tipos de organizaciones: Unas sanas y otras enfermas. Las organizaciones sanas se caracterizan por su capacidad de “crear valor económico o social en un ambiente moral”, es decir, que desarrollan competencias y cultura para generar negocios o modelos exitosos aplicando marketing transparente, incidiendo en el carácter ético de sus trabajadores, cumpliendo los compromisos con sus proveedores y en general proyectándose a la comunidad como un buen ciudadano corporativo. El caso contrario genera riesgo de sostenibilidad ocasionando disfunciones o desequilibrios que dan lugar a morbilidades sociales como la pobreza, el desempleo, la exclusión.
Como conclusión, considero que la tendencia creciente de dicha morbilidad conlleva al riesgo de sostenibilidad que involucra a la sociedad en general, el cual demanda con urgencia de medidas, entre las cuales se plantea la redefinición de un papel más dinámico por parte de líderes de organizaciones públicas y privadas, orientado a la construcción de organizaciones sanas con base en un nuevo paradigma; “Ser agentes morales que aportan a la salud de la sociedad” y una prioridad que empieza en casa, como es el fomento de la ética del carácter entre su gente, sus accionistas, sus proveedores y demás grupos de interés, guiados por un liderazgo con la capacidad y la tenacidad de contagiar con dicho paradigma, la búsqueda de una visión compartida hacia el desarrollo sostenible.

© Autor: Humberto Díaz Gutiérrez
Art-2014-0002.01. © Humberto Díaz Gutiérrez © Gestión al Día